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Estudio reveló que “Los latinoamericanos son más felices de lo que es estadísticamente normal teniendo en cuenta la riqueza de sus países”

Diversos estudios reflejan que la felicidad tiene forma de U: es alta en la juventud, disminuye en la mediana edad (40-50 años), y vuelve a incrementarse tras la jubilación. Factores como el estrés laboral y la crianza de los hijos explican esta curva descendente en la adultez media.

Redacción Panas en Utah.- La felicidad parece no depender exclusivamente de la riqueza económica. Un estudio del Instituto de la Felicidad de Copenhague sugiere que los latinoamericanos son más felices de lo que las estadísticas predecirían según el nivel de ingresos de sus países. Este fenómeno ha sido objeto de análisis por expertos como Alejandro Cencerrado, quien ha dedicado dos décadas a investigar el impacto de distintos factores en la percepción de la felicidad.

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El papel de la autoestima y las redes sociales

En su libro En defensa de la infelicidad (2022), Cencerrado expone cómo la autoestima juega un rol clave en la felicidad. Aunque los estándares de belleza influyen, el apoyo emocional de los padres es el factor determinante en la construcción de la confianza personal. Sin embargo, en la sociedad actual, las redes sociales imponen cánones de belleza poco realistas, afectando especialmente a los jóvenes, quienes tienden a comparar sus vidas con imágenes idealizadas.

“Vivimos en un mundo donde solo se muestra el mejor momento del viaje o de la fiesta, lo que genera una percepción distorsionada de la realidad”, señala el autor. Esto puede llevar a la falsa creencia de que la infelicidad es un fracaso personal, cuando en realidad todas las emociones cumplen una función social.

Infancia y felicidad: la importancia de la educación emocional

Según Cencerrado, la infancia es un período crucial para el desarrollo de la felicidad futura. Aunque el entorno familiar influye, la felicidad no está predeterminada. Al llegar a la adultez, entender el impacto de la crianza en la autoestima es clave para superar patrones emocionales limitantes.

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El ciclo de la felicidad a lo largo de la vida

Diversos estudios reflejan que la felicidad tiene forma de U: es alta en la juventud, disminuye en la mediana edad (40-50 años), y vuelve a incrementarse tras la jubilación. Factores como el estrés laboral y la crianza de los hijos explican esta curva descendente en la adultez media.

En conclusión, la felicidad no es una constante, sino un equilibrio entre emociones positivas y negativas. Como sociedad, es fundamental reconocer y validar estos sentimientos en lugar de ocultarlos tras una máscara de perfección en redes sociales.

Fuente: BBC Mundo.

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