Washington, 8 ago (EFE).- El estado de Utah, en Estados Unidos, ha aplicado esta madrugada la pena de muerte por medio de una inyección letal catorce años después de la última ejecución realizada en esa jurisdicción y cuando han transcurrido 25 años desde de que el reo recibió la condena.
Según informó el fiscal general de Utah, Sean Reyes, en una comunicado, el reo ejecutado esta madrugada fue Taberon Dave Honie, de 48 años, condenado por haber matado a la madre de su exnovia frente a sus tres nietas.
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“El estado de Utah abordó el ejercicio de su poder y las responsabilidades que conlleva con la seriedad y solemnidad que un acto de este tipo merece”, explicó el fiscal al dar a conocer la ejecución.
“Esperamos que la aplicación de la ley sirva como disuasivo para otros crímenes atroces y rezamos para que proporcione algún grado de consuelo a quienes han estado esperando justicia durante décadas”, precisó.
Declaración completa del Fiscal General Sean D. Reyes
Según medios locales, aproximadamente unas dos decenas de personas se manifestaron ante el centro penitenciario para protestar por la ejecución.
Lo siguiente es una declaración del Fiscal General Sean D. Reyes sobre la ejecución de Taberon Honie:
“Entendemos que existen creencias muy arraigadas, emociones intensas y opiniones divergentes con respecto a la pena de muerte. La ejecución es uno de los usos más extremos del poder gubernamental. Muchos argumentarían que es ineficaz, inapropiado y que está más allá de la autoridad humana para ejercerlo. Muchos no estarían de acuerdo. Pero no hay duda de que quitarle la vida a seres humanos inocentes de manera violenta y sin provocación es uno de los delitos que la sociedad considera más viles, repugnantes y punibles con las medidas más severas posibles. En estados como Utah, eso incluye la pena de muerte. Como tal, el Estado de Utah abordó el ejercicio de su poder y las responsabilidades concomitantes con la seriedad y solemnidad que tal acto merece. Esperamos que los opositores a la pena de muerte concedan gracia a quienes cumplieron con sus deberes como lo exige la ley y lo hicieron con respeto, profesionalismo y, en algunos casos, a pesar de sus propias opiniones personales. “También esperamos que esta ley sirva como elemento disuasorio para otros crímenes atroces y rezamos para que sirva de algún modo de consuelo a quienes llevan décadas esperando justicia”.
Con información de X – EFE
