El reportaje del venezolano Alejandro Cegarra, proyecto del año por World Press Photo
Las ciudades fronterizas mexicanas, a menudo bajo control de autoridades corruptas y carteles de drogas, obligan a migrantes y solicitantes de asilo a esperar indefinidamente en campamentos improvisados donde están expuestos a mayores riesgos de violencia y condiciones de vida precarias.
Ámsterdam, 18 abr (EFE).- El fotoperiodista venezolano Alejandro Cegarra ha sido galardonado este jueves por el World Press Photo al mejor Proyecto a Largo Plazo del año a nivel global por un trabajo que documenta la vulnerabilidad de las comunidades migrantes que recurren a trenes de carga para llegar a la frontera estadounidense.
Cegarra, nacido en 1989, centra su trabajo en la denuncia de las violaciones de derechos humanos en Venezuela y México, y desarrolló su carrera como fotoperiodista freelance en numerosos medios de comunicación, incluidos The New York Times, Bloomberg, National Geographic, The New Yorker, Associated Press, The Washington Post, entre otros.
El trabajo galardonado hoy por el World Press Photo en la categoría global de Proyecto a Largo Plazo lleva por título “Los dos muros” y documenta la vulnerabilidad de las comunidades de migrantes y solicitantes de asilo que carecen de recursos financieros para pagar contrabandistas y recurren a trenes de carga para llegar a la frontera de Estados Unidos.
Basándose en su propia experiencia personal de migrar de su natal Venezuela a México en 2017, Cegarra inició este proyecto en 2018.
“Su trabajo documenta la difícil situación de las comunidades de migrantes profundamente vulnerables con respeto y sensibilidad. A través de su fotografía, espera fomentar una mayor comprensión, empatía y solidaridad hacia aquellos en la primera línea de la crisis migratoria global”, explica el World Press Photo.
Una de las fotos muestra a una persona migrante que camina sobre un tren de carga conocido como “La Bestia” en Piedras Negras, México.
Este medio de transporte, resalta el concurso, es muy peligroso y, a lo largo de los años, cientos de personas han caído a las vías, quedando mutiladas o perdiendo la vida.
Otra de las imágenes más impactantes muestra a Eddie, Carolina y su hija de cuatro años, Valentina, escondidos detrás de la pared de una casa abandonada y destrozada en el último tramo de tierra antes de la frontera entre México y Estados Unidos. Las autoridades mexicanas patrullan la zona para impedir que los migrantes crucen el Río Bravo.
Cegarra también capturó a Marisol Sivira, una migrante venezolana que sostiene a su hijo Yonkeiver Sivira en el Parque Público Federal El Chamizal en Ciudad Juárez. El pequeño de 5 años sufre convulsiones constantes causadas por un síndrome no diagnosticado.
“Miles más han sido víctimas de extorsión, violación, secuestro o robo orquestados por carteles de drogas o autoridades corruptas en varias paradas a lo largo de la ruta norte del tren”, explica.
Desde 2019, las políticas de inmigración de México han experimentado un cambio significativo, acompañadas de una mayor colaboración con Estados Unidos para negar el asilo y endurecer las barreras a quienes buscan refugio y necesitan seguridad, creando obstáculos físicos, psicológicos y administrativos.
Las ciudades fronterizas mexicanas, a menudo bajo control de autoridades corruptas y carteles de drogas, obligan a migrantes y solicitantes de asilo a esperar indefinidamente en campamentos improvisados donde están expuestos a mayores riesgos de violencia y condiciones de vida precarias.
EFE